Los animales, al igual que las personas, pueden ser felices e infelices. Sólo una persona misma puede crear las condiciones en las que será feliz.
Pero un gato que vive toda su vida en un espacio cerrado con llave en un apartamento no puede hacer esto. Pero lo intentará, lo que provocará problemas en la vida de la persona. Por ejemplo, si a un gato no se le da suficiente actividad física, empieza a entretenerse.
De ahí las macetas volcadas, el papel pintado despegado y los jarrones rotos. La gente culpa por esto al mal temperamento de la mascota, pero en realidad la culpa es enteramente del dueño. Después de todo, fue una persona quien colocó al animal en condiciones que no eran naturales para él, decidiendo que sería bueno para el gato. Pero eso no es cierto.
Si una persona trae un animal a su mundo, debe asegurarse de que sea feliz en este mundo. ¿Cómo hacer esto?
Acepte el hecho de que un gato es un animal que tiene ciertas necesidades y “perspectivas de la vida”. Y antes que nada, conviene prestar atención a 5 factores de una vida feliz que todo propietario debería conocer.
Factor uno: salud
Si hay enfermedad, no hay felicidad. Esta regla se aplica a todos. Pero en el caso de un gato enfermo, la situación se ve agravada por el hecho de que el dueño no comprende cuál es el motivo. Por ejemplo, un gato hace charcos por toda la casa, por lo que es castigado. Pero la razón no es un mal carácter, sino una enfermedad del sistema genitourinario.
Factor dos: nutrición
¿El gato se mueve y mastica flores? No, ella no está tratando de vengarse de ti. Lo más probable es que le falten vitaminas y microelementos provenientes de su dieta. ¿Abrigo opaco? Lo más probable es que el culpable sea una dieta desequilibrada. ¿Problemas de salud permanentes? Es posible que estés alimentando a tu gato con comida para humanos.
Para hacer feliz no solo a la mascota, sino también al dueño, debes controlar la nutrición de tu amigo de cuatro patas.
Factor tres: seguridad
En su entorno natural, los gatos no sólo son depredadores, sino también presas. Por tanto deberían sentirse seguros. El animal no comprende que nada lo amenaza en el apartamento. Sí, una mascota que nunca ha estado fuera suele estar más tranquila y relajada. Pero los instintos inherentes a la naturaleza están presentes en el gato más infantil. El instinto le obliga a buscar un lugar seguro (desde su punto de vista) para dormir y descansar. Y la tarea del propietario es proporcionar ese lugar para la mascota. Tú no eliges dónde duerme tu gato. Él mismo se elige. Y en este lugar instalas una cama, una almohada suave o no cambias nada en absoluto. Es mucho más cómodo para un gato dormir en una mesa dura, que considera adecuada, que en la cama blanda más cara que una persona ha colocado en un lugar "peligroso".
Factor cuatro: confianza
Este factor se deriva del anterior. El propietario debe ser un baluarte de seguridad. Entonces el gato confiará en él. Y la confianza y la seguridad son la clave de la felicidad de cualquier ser vivo.
No se puede confiar en una persona que castiga sin razón, actúa injustamente o genera malestar. Por ejemplo, a muchos dueños les gusta disfrazar a sus mascotas. Esto supone una gran incomodidad para el animal, por lo que comienza a temer al dueño, sabiendo que puede causarle molestias en cualquier momento.
Lo mismo se aplica a los extraños, cuando "atacan" a un gato, y el dueño no solo no protege, sino que también atrapa a la mascota él mismo para dárselo "para que lo hagan pedazos" los extraños.
Para una persona esto es una pequeña cosa, pero para un gato es extremadamente estresante.
Factor cinco: juegos
Un gato necesita ejercicio físico y mental. Por eso, juega con tu mascota todos los días, introduce elementos de adiestramiento para que el cerebro del animal funcione. Tomaste al gato para convertirlo en miembro de tu familia. Y los miembros de la familia deben prestarles atención, dedicarles tiempo y energía.