Hoy, 11 de septiembre, los creyentes ortodoxos, incluidos los de Bielorrusia, celebran la decapitación de Juan el Bautista.
Recuerdan los acontecimientos del martirio del Precursor del Señor, que fueron descritos por los evangelistas Mateo y Marcos.
Según la tradición de la iglesia, en la antigüedad el cruel rey Herodes Antipas ordenó la muerte del profeta de Dios.
Dio tal orden en relación con el hecho de que Juan el Bautista sorprendió al gobernante secular en convivencia con la esposa de su hermano, Herodías.
El día de los sangrientos acontecimientos, Herodes organizó un banquete. Solomea, la hija de Herodías, bailó delante de los invitados.
A todos les gustó tanto su actuación que el rey declaró que podía pedir lo que quisiera.
Herodías, que guardaba rencor contra el santo, recomendó que su hija deseara la cabeza de Juan Bautista.
Su petición fue concedida: el profeta fue asesinado.
Vale la pena señalar que el 11 de septiembre, según la tradición establecida, los cristianos ortodoxos observan un ayuno estricto.