Se considera que las tortugas son representantes muy lentos del mundo animal.
Y este “estatus” es bien merecido.
El hecho es que las tortugas realmente no pueden ganar mucha velocidad.
Y esto se explica por las características estructurales de su cuerpo: caparazón grande, patas cortas, etc.
Sin embargo, entre estos reptiles hay individuos relativamente rápidos.
Este “título” lo ganó una tortuga que vive en Gran Bretaña llamada Bertie.
Una vez recorrió 5,48 metros en 19,59 segundos.
Así, el animal pudo desarrollar una velocidad de 0,28 metros por segundo, enorme para una tortuga. Esto es aproximadamente 1 kilómetro por hora.
Este logro fue registrado por representantes del Libro Guinness de los Récords.
Cabe destacar que Bertie fue reconocida como la tortuga terrestre más rápida del mundo. La palabra clave es “tierra”.
Las tortugas marinas son mucho más rápidas: en determinadas circunstancias pueden acelerar hasta... 35 kilómetros por hora.
Pero tal indicador sólo puede lograrse en una situación estresante. Normalmente, la velocidad de movimiento de las tortugas marinas no supera los 9 kilómetros por hora.