No es costumbre en la sociedad creer las palabras de las personas borrachas, al mismo tiempo existe la afirmación de que cuando están borrachas las personas se vuelven más honestas.
Los científicos estadounidenses decidieron poner a prueba el dicho de los antiguos sabios de que la verdad está en el vino, y llegaron a la siguiente conclusión.
1. El alcohol reduce la actividad de ciertas áreas del cerebro, incluido el hipocampo, lo que provoca lapsos de memoria cuando una persona está borracha.
2. Al mismo tiempo, el alcohol estimula la liberación de endorfinas y dopamina, lo que provoca una leve euforia en la persona.
3. Al mismo tiempo, se produce un efecto sedante, reduciendo la sensación de ansiedad y la capacidad de evaluar adecuadamente la situación.
4. Además, se producen cambios en otras áreas del cerebro que son responsables del autocontrol, la evaluación del comportamiento y otras funciones cognitivas.
Como resultado, la persona se siente atraída a hablar, se relaja y, científicamente hablando, surge el efecto del “comportamiento oculto”.
Es decir, una persona ebria se comporta de una manera y hace algo que considera inaceptable en una situación normal.
Pero es imposible sacar conclusiones y afirmar que las personas borrachas se vuelven honestas y abiertas.
El alcohol sólo reduce el nivel de responsabilidad y no protege contra declaraciones mal pensadas.
Por lo tanto, las revelaciones ebrias no siempre corresponden a convicciones verdaderas.
Puedes escuchar lo que dice tu interlocutor borracho, pero no debes tomar lo que oyes como la verdad.