¿Has conocido a alguien y quieres que le empieces a gustar?
Existe una técnica psicológica interesante que le permite lograr el resultado deseado.
Es necesario establecer adecuadamente contacto visual con el interlocutor.
Es necesario mirar a la persona directamente a los ojos. Pero esto debe hacerse con mucho cuidado: la mirada no debe ser demasiado intensa.
Enfaticemos de inmediato que mirarse a los ojos es importante: les permite establecer un contacto emocional completo y aumentar la confianza mutua.
Al hacer contacto visual con la persona con la que estás hablando, le agradarás a esa persona.
Pero no te excedas: no mires a tu amigo con demasiada “intensidad”.
Una mirada cercana y continua “presiona”. El interlocutor puede desarrollar antipatía hacia usted.
Para evitar que esto suceda, “suaviza” tu mirada, comienza periódicamente a mirar hacia abajo o hacia un lado.
Si se cumple esta condición, se mantendrá un importante equilibrio entre interacción activa y espontaneidad.
Resultará así: los interlocutores se comunican con seriedad, pero sin excitación ni tensión. No hay rigidez. La gente está relajada porque el entorno es natural.
En tales condiciones es muy fácil hacer amigos.