Los hábitos pueden ser saludables, dañinos y también extraños o ridículos. Es esto último lo que se discutirá.
El hecho es que los modales descuidados y las acciones imprudentes pueden revelar sobre una persona más de lo que intenta ocultar, como su nivel de inteligencia.
Puedes saber de memoria todos los modales nobles, hacer una reverencia al encontrarse y toser en una servilleta, pero ir a la ducha una vez arruinará toda la impresión.
Una extraña combinación que, en principio, no puede tener nada en común.
Sin embargo, el hábito de dejar una bañera o ducha sucia indica las peores cualidades.
En primer lugar, la costumbre de dejar el pelo en el baño después del lavado habla de poca inteligencia.
En segundo lugar, los charcos que quedan en el suelo debido a los pies mojados indican que a la persona no le preocupa que alguien pueda resbalar en el suelo mojado.
Ambos hábitos indican que una persona carece por completo de empatía y no le importan las consecuencias de sus acciones.
En conjunto, esto ya es un signo de poca inteligencia y pereza.
Pero no hay que confundir estos hábitos con el olvido y la falta de tiempo.
Sólo si la situación se repite día tras día se podrán sacar conclusiones tan desagradables.