Incluso si tienes una mala mañana, esto no significa que todo el día se arruinará.
El mal humor puede deberse a diversas razones, pero la mayoría de las veces es nuestra reacción en respuesta al estrés.
Suele ser utilizado por nuestro organismo para prepararlo para afrontar una amenaza. Pero si la reacción se prolonga, entonces comienza a afectar las funciones cognitivas. Como resultado, a una persona le resulta difícil tomar decisiones o hacer frente a sus responsabilidades.
Pero no es necesario que dependa de su respuesta al estrés; en su lugar, puede trabajar con ella.
Para influir en el sistema nervioso y las hormonas asociadas con la respuesta al estrés, se puede activar el sistema nervioso parasimpático.
La técnica de respiración 4-7-8 le ayudará con esto: inhale contando hasta cuatro, luego contenga la respiración contando 7 y exhale contando 8.
Caminar al aire libre, meditar, dibujar, escuchar música y otras actividades de baja estimulación pueden ayudar a reiniciar el sistema nervioso.
También puedes hacer ejercicio, abrazar a un ser querido o jugar con una mascota para aumentar tus niveles de serotonina, oxitocina o endorfinas.
Trabajar duro o hacer las tareas del hogar mientras se supera el mal humor no es una buena idea. Es mucho mejor cambiar de ubicación: en un apartamento puedes trasladarte a otra habitación, en una oficina puedes visitar la zona de descanso del personal o salir a “reiniciar” tu cerebro.
Responda lo más honestamente posible a la pregunta sobre lo que le molesta; después de eso, le resultará más fácil resolver el problema que le preocupa o aceptar circunstancias que no puede cambiar.