Muchos representantes de la generación anterior no pudieron deshacerse de los hábitos soviéticos que habían perdido su relevancia.
Trate de evitar realizar estas acciones.
Quizás hace unas décadas esos hábitos fueran beneficiosos.
Pero en el mundo moderno, tales métodos de comportamiento sólo obstaculizan a una persona.
Muchas personas que vivieron durante la URSS no tenían prisa por tirar cosas. Es más, hablábamos incluso de objetos viejos y rotos.
El razonamiento era más o menos así: “No me deshaceré de esto. ¿Qué pasa si me resulta útil pero no puedo comprar un reemplazo?
Hoy en día, este enfoque ha perdido su relevancia. No faltan productos manufacturados.
Ahora no hay necesidad de "acaparar" y convertirse en "Plyushkin". No dude en desechar cualquier cosa que sea difícil de reparar o que sea poco probable que se utilice en la vida cotidiana. No conviertas tu apartamento en un almacén de cosas innecesarias.
No hay nada de malo en ahorrar moderadamente. Pero no dejes que las cosas lleguen al punto de preocuparte por cada centavo.
Recuerde la sabiduría popular: “El avaro paga dos veces”.
En la época soviética, a mucha gente le gustaba comunicarse con sus colegas sobre temas personales. Y esto a menudo se hacía no sólo en el tiempo libre, sino también durante las horas de trabajo.
Vale la pena deshacerse de este hábito. Las horas de trabajo deben dedicarse únicamente a actividades profesionales. Es poco probable que una persona que se distrae constantemente con conversaciones personales pueda hacer su trabajo de manera eficiente.