Si la entrevista de trabajo transcurrió sin problemas y respondió todas las preguntas del empleador, no se apresure a celebrar la adquisición de un puesto nuevo y prometedor.
Es mejor pensar en lo que dijiste mal, porque por una frase el empleador no te devolverá la llamada, incluso si te lo prometió.
Éstos son sólo algunos ejemplos que sacarán su nombre de la lista.
1. No hables de los extraños hábitos de tu jefe de celebrar largas reuniones, que luego te obligaban a quedarte hasta tarde después del trabajo.
2. No hables de la rapidez y eficacia con la que cumpliste con tus responsabilidades, pero no te permitieron salir temprano del trabajo.
3. No hables de cómo te subestimaron en tu trabajo anterior, ni por tus compañeros ni por la dirección. Este es un signo de autoestima inflada.
4. No intente preguntar sobre el momento de un posible ascenso y no intente asumir funciones sin un período de prueba.
5. Nunca digas que indicaste toda la información sobre ti en tu currículum, especialmente si el empleador te pide que cuentes sobre ti.
En este caso, la respuesta correcta incluirá una descripción de cualidades tales como la capacidad de trabajar con grandes cantidades de información y la resistencia al estrés.