Desafortunadamente, nadie puede estar inmune a la mala educación: las personas con un carácter específico siempre encontrarán una razón para provocar una pelea.
A los hammam les gusta este tipo de atmósfera, por lo que no se puede discutir con ellos: esto sólo hace que el proceso sea más interesante para ellos. También es difícil mantener diálogos significativos con los groseros: es poco probable que tomen en serio sus argumentos.
Dado que los groseros se liberan emocionalmente al ver su insatisfacción, debe privarlos de su ventaja. Por esta razón, ni siquiera deberías iniciar un diálogo con esas personas.
En la mayoría de los casos, los groseros simplemente intentan provocarte obteniendo una reacción.
Por lo tanto, no debes prestar atención a esta categoría de personas. Si el grosero ve que no reaccionas a todas sus palabras, se verá obligado a retirarse.
Además, a veces una broma divertida puede calmar la situación: incluso un grosero llamará la atención sobre el hecho de que continuar con su línea de comportamiento no tiene mucho sentido.