Una verdad bien conocida dice que el dinero no compra la felicidad, pero los científicos, acostumbrados a dudar de todo, decidieron comprobar esta afirmación.
Quizás esto sea sólo una declaración para los pobres o la clase media. En cualquier caso, ahora habrá algo que decir en respuesta a escuchar una frase familiar.
En este tema trabajó Matthew Killingsworth, investigador de la Universidad de Pensilvania. El autor publicó personalmente los resultados del trabajo en una preimpresión.
El científico realizó un análisis comparativo de los representantes de los tres grupos.
Se trataba de personas con ingresos de 10.000 dólares o más, así como de los muy ricos, cuya riqueza ascendía a millones de dólares.
Como resultado, el investigador llegó a la conclusión de que lo más probable es que se pueda llamar a Elon Musk la persona más feliz.
Según Matthew, las personas ricas son definitivamente más felices que aquellos que ganan hasta 500.000 dólares al año.
Aún más significativa es la diferencia cuando se comparan los ingresos de la clase media y los pobres.
Killingsworth escribe que cuanto más alto asciende una persona en la escala financiera, más cerca está de la felicidad.
Pero el indicador de felicidad no está determinado por la cantidad de bienes materiales, sino por la confianza que da el dinero.
Los ricos pueden darse el lujo de controlar sus vidas y lograr la libertad que desean.