Probablemente hayas notado que algunas personas llenan las pausas en la conversación con sonidos como "uh", "mmm", "eeee", etc. La razón radica en el vocabulario limitado.
Debido al hecho de que una persona carece de los medios que le ayudarán a expresar sus pensamientos, automáticamente comienza a llenar los "vacíos" en las oraciones.
Afortunadamente, existen varias formas sencillas que le ayudarán a deshacerse de las malas palabras y las palabras de relleno en su discurso.
Los libros deben convertirse en sus compañeros constantes: gracias a la lectura, entrena su imaginación y su memoria visual y, además, repone su conjunto de patrones de habla y oraciones.
Por cierto, leer en voz alta tiene un efecto beneficioso sobre el habla.
Si tiene una persona "en reserva" con intereses similares, esto significa que tendrá la oportunidad de practicar nuevos términos y expresiones, así como compartir sus conocimientos adquiridos con otros y aprender algo nuevo de ellos.
He aquí un pequeño ejercicio extraído de la oratoria: es necesario redactar un texto coherente formado por 15 palabras que comiencen con la letra “v”.
Cuando completes la tarea, podrás cambiar la letra o aumentar el número de palabras.
Eso no es todo: no sólo es necesario idear un texto, sino también escribirlo: la escritura utiliza diferentes áreas del cerebro.