Nuestros antepasados estaban fervientemente convencidos de que algunos objetos poseen la energía de sus dueños, por lo que no deben ser prestados ni entregados a otras personas para que los utilicen, para no despedirse de su felicidad.
Si no quiere perder su bienestar, salud y riqueza, lea atentamente la lista a continuación.
Si le das pan a alguien, puedes provocar pobreza en tu propia familia; el riesgo sólo aumenta si hablamos del último pedazo.
Otra prohibición se refiere al pan: no se puede traspasar el umbral y regalarlo después de la puesta del sol: existe la leyenda de que tal acto está plagado de dificultades económicas, enfermedades y otros problemas.
Si le das sal a alguien, considera que con ella has entregado tu felicidad en manos de otros.
¿No hay forma de rechazar al solicitante? En este caso, pide al menos una moneda a cambio para no meterte en problemas.
La escoba salvó a nuestros bisabuelos y bisabuelas no solo de la basura física, sino también espiritual.
Por lo tanto, desde entonces ha quedado una superstición según la cual una escoba regalada desde casa atrae problemas y priva a la persona de fuerza y protección.