Después de pasar un tiempo en la playa o en una terraza soleada, muchas personas se sienten cansadas y letárgicas.
Te sugerimos que averigües por qué el calor nos produce somnolencia.
En realidad, es bastante simple: cuando hace calor, nuestro cuerpo tiene que trabajar duro para enfriarse.
Así, nuestro cuerpo señala la necesidad de dilatar los vasos sanguíneos para que fluya más sangre más cerca de la superficie de la piel, enfriándose más rápido.
Por cierto, este hecho explica por qué algunas personas se ponen rojas con el calor.
Además, nuestro cuerpo produce sudor, que al evaporarse enfría la piel. En temperaturas extremadamente altas, necesitas más sudor, lo que aumenta tu frecuencia cardíaca y acelera tu metabolismo.
El trabajo extra que realiza el cuerpo, aunque sea invisible para la propia persona, le provoca depresión y somnolencia.
Además, las personas a menudo no beben suficientes líquidos, lo que provoca deshidratación, cuyo síntoma típico es la fatiga.
Por eso, si quieres mantenerte alerta, intenta beber más, evita quedarte al sol y pasa más tiempo relajándote a la sombra.