Lamentablemente, en una disputa, contrariamente a la expresión popular, no siempre surge la verdad.
A menudo, una situación controvertida se convierte en una pelea muy común y corriente.
Al final, ninguna verdad sale a la luz. Pero es posible que las partes en conflicto se desagraden durante mucho tiempo.
¿Qué hacer si tu oponente no acepta ningún argumento y solo intenta insultarte y humillarte?
En tal situación, no debes rebajarte al nivel de tu oponente. Es necesario "reprimirlo" con cuidado: sin gritos ni frases ofensivas.
Hay una regla muy simple: durante una discusión, debes mantener la calma.
No levantes la voz, habla en voz muy baja y al mismo tiempo con claridad y seguridad.
Esta estrategia, a pesar de su aparente inocuidad, es muy eficaz.
Un oponente que grita comienza a sentirse incómodo, porque con tal comportamiento se ve mal en comparación con un oponente tranquilo.
Si hay "espectadores", seguramente se pondrán del lado del que no grita.
Como resultado, tu oponente también comenzará a hablar en voz más baja y ya no ignorará tus argumentos.
Anteriormente te contamos cómo dejar de compararte con otras personas .