Ser persuasivo es una muy buena habilidad.
Le permite encontrar rápidamente un lenguaje común con sus interlocutores y ganarse instantáneamente su confianza.
Se cree que sólo una persona con carisma y don de elocuencia puede llegar a ser convincente.
De hecho, no es necesario ser un excelente orador y una personalidad muy brillante.
Puedes aprender a convencer a tus interlocutores sin estas cualidades.
¿Quieres demostrarle algo a una persona? Simplemente repita el punto con el que su interlocutor debería estar de acuerdo.
Hay un efecto psicológico interesante: la gente tiende a creer en la información que escuchan con frecuencia.
Por tanto, repetir muchas veces una frase importante aumenta las posibilidades de que tu interlocutor esté de acuerdo contigo.
Pero intenta utilizar esta técnica con honestidad. Utilice un truco psicológico sólo cuando esté convencido de que tiene razón y no planee engañar a la persona.
No tiene sentido repetir información falsa. Este enfoque también puede perjudicar a quien decidió utilizar la técnica.
Anteriormente te contamos cómo sentirte seguro cuando asistes a cualquier evento.