Muchas personas están acostumbradas a poner excusas ante familiares, amigos, colegas y conocidos por su estilo de vida supuestamente “incorrecto” y por cada acción.
Este deseo se puede explicar de forma muy sencilla: quieres evitar las críticas y quedar bien ante los demás.
Sin embargo, hay muchas situaciones en las que una persona no debería interesarse por las opiniones de los demás.
Puedes nombrar varias cosas a la vez para las que no debes poner excusas.
Si tienes un objetivo, no estás obligado a explicarlo, aunque a los demás les parezca ridículo.
Este es tu propio negocio. Y no debería importarte lo que los demás piensen al respecto.
No hay necesidad de discutir sobre gustos. No es necesario explicarlos ni probarlos.
¿Te gusta alguna canción rara? No te avergüences de ello.
No es necesario explicar a los demás por qué esta persona en particular se convirtió en su alma gemela y no en otra.
Los padres amorosos y los verdaderos amigos aceptarán su elección en cualquier caso. Pero todavía no podrás "probar" nada a los críticos.
Al rechazar a alguien, no debes explicar: "No puedo porque..."
"No" significa "no". No hay necesidad de excusas.
Vale la pena ignorar las críticas a tus aficiones.
Si te gusta hacer algo, continúa haciéndolo, independientemente de lo que piensen los demás.
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