Mucha gente cree que el día más difícil de la semana es el lunes. Al parecer, porque después del fin de semana no es tan fácil sumergirse en el trabajo cotidiano.
De hecho, esto está lejos de la verdad. La ciencia ha demostrado que se puede sobrevivir a los lunes, pero muchos tienen dificultades para sobrevivir a los miércoles.
Como ya ha quedado claro, el día más duro de la semana laboral es el miércoles.
Según los expertos, es en este día cuando cae la productividad laboral.
El caso es que al final de la primera mitad de la semana los trabajadores empiezan a perder fuerzas.
La situación se ve agravada por el estrés que se acumula hacia mitad de semana. Una persona comienza a sentirse abrumada por problemas de la vida cotidiana, responsabilidades laborales y otros problemas menores.
Y todo esto sucede en el contexto de la comprensión de que todavía quedan dos días hábiles antes del fin de semana, si el sábado no es día hábil.
Es posible cambiar el estado de las cosas, pero para ello sólo es necesario seguir un horario de trabajo y descanso.
También es importante acostarse a tiempo, comer bien y no abandonar la actividad física.
Anteriormente hablamos de cómo afrontar la ansiedad ante un evento importante.