Unirse a un nuevo equipo no es la tarea más fácil.
La situación se complica si el recién llegado no tiene mucha confianza y sufre problemas de autoestima. Pero existen algunas reglas simples que te ayudarán a adaptarte más rápido y más fácilmente.
Al principio, definitivamente debes permanecer neutral. Es mucho mejor observar más lo que pasa en el equipo, y no dar consejos, cambiar las reglas o imponer tu opinión.
Basta con seguir rituales sencillos, por ejemplo, saludar, despedirse, agradecer. No ignore las colectas para obsequios o para ayudar a colegas.
Es mejor olvidarse de ella. Sólo debes cumplir con tus responsabilidades y no intentar complacer a tus colegas decidiendo cumplir con las responsabilidades de otra persona.
No asumas funciones ajenas para no convertirte en un caballo de batalla. Una negativa cortés es suficiente para cualquier manipulación.
Cualquier ayuda sólo está permitida dentro de ciertos límites.
No es necesario ignorar los eventos generales y las fiestas corporativas. Esto sólo le ayudará a comprender mejor al equipo y a establecer contactos útiles.
No intente inmediatamente averiguar demasiado sobre los empleados, difundir chismes o participar en sus discusiones.
Además, es mejor intentar no hablar de su vida personal ni quejarse del destino.
No deberías tenerles miedo.
Si algo no está claro en un lugar nuevo, es necesario preguntar y volver a preguntar para comprender mejor el proceso de trabajo y cometer menos errores. Si no lo hace, corre el riesgo de meterse en situaciones desagradables.
Anteriormente te dijimos qué hacer si no agradas a tus compañeros.