Muchas personas creen que los demás necesitan su opinión y consejo experto, pero desconocen la reacción real del interlocutor.
Incluso si una persona finge diplomáticamente querer alejarse de esta conversación, quedará con un regusto desagradable.
En la mayoría de los casos, las personas pueden decidir sus propias vidas y no necesitan asesores. Si tienen dudas, recurren a amigos o familiares en busca de ayuda.
Si da consejos por su propia voluntad, esto se percibirá como una violación del espacio personal.
Por ejemplo, resulta extraño escuchar recomendaciones nutricionales de una persona que no está formada como nutricionista o nutricionista. No quiero seguir consejos sobre relaciones de personas que no tienen familia.
Por lo tanto, piense si comprende el tema de la conversación.
Los expertos recuerdan que no todas las personas reaccionarán con gentileza e inteligencia ante este tipo de recomendaciones. Alguien puede provocar una pelea que puede arruinar su relación.
Por lo tanto, es mejor dar consejos sólo si te los piden.