Poner los pies sobre la mesa es un mal hábito.
Y la cuestión no es sólo que tal comportamiento sea evidencia de los malos modales de una persona y de su falta de respeto hacia los demás.
No pongas los pies sobre la mesa aunque nadie pueda verte. La recomendación también debes seguirla en tu propia casa.
El caso es que un hábito puede tener consecuencias muy graves.
Según los carteles, una persona que pone los pies sobre la mesa del comedor en realidad muestra poderes superiores: "No respeto el resultado del trabajo de quienes hacen y preparan la comida".
Se cree que en este caso habrá una “respuesta”: la persona tendrá problemas para acceder a alimentos sabrosos por falta de dinero.
Hay otra señal: si pones los pies sobre la mesa, pronto puede aparecer un muerto en la casa.
No te olvides del componente racional: es poco probable que los demás te traten con respeto si a menudo pones los pies sobre un mueble con una superficie horizontal. Las peleas y reclamos se convertirán en fenómenos inevitables.