Viniste a visitar a un amigo, aceptaste un regalo de él, te comiste el plato, fuiste a la cocina y empezaste a lavar el plato sucio...
¿Es esta una situación familiar? Tenga en cuenta que en tal caso está rompiendo el presagio.
No, puedes visitar y comer en casa de otra persona. Pero no vale la pena lavar los platos allí.
Según los indicios, esta acción puede provocar graves dificultades.
Según la leyenda, una persona que devuelve la limpieza a los platos en la casa ajena “lava” su suerte.
Es posible que el resultado sea el comienzo de un período difícil: los problemas le perseguirán.
Hay una señal más: lavar los platos en una fiesta promete un conflicto grave con un ser querido o una traición de su parte.
Si empiezas a lavar platos en casa de un colega, pueden surgir problemas en tus actividades profesionales.
Si asumes la tarea de lavar los platos en casa de otra persona, en realidad les estás mostrando a los dueños: “No puedes hacerlo tú mismo, tienes que ayudar”.
Es posible que quienes lo inviten perciban su acción como un indicio de falta de orden y limpieza en el apartamento.
Sin embargo, en un caso, los platos se pueden lavar incluso durante la visita. Estamos hablando de una situación en la que los propios propietarios te pidieron ayuda. En este caso, no romperás el presagio y no ofenderás a la gente.