“Está bien, es una suerte”... Así es como muchas personas se calman después de romper accidentalmente los platos.
¿Pero un incidente tan pequeño es siempre un presagio de cosas buenas por venir?
Por desgracia, no. A veces una taza rota resulta ser una mala señal.
Averigüemos en qué casos la transformación de una taza en fragmentos es un presagio feliz y en qué casos no es del todo cierto.
Si una taza vacía cae y se rompe en pequeños fragmentos, entonces, según la creencia popular, es una buena señal.
Por eso existe una interesante tradición nupcial: los novios deben romper más platos. Y cuanto más pequeños sean los fragmentos, mejor.
Pero si los platos se desmoronan en dos partes grandes, entonces vale la pena prepararse para las consecuencias negativas.
Según las señales, una taza partida por la mitad advierte que una persona pronto se peleará con alguien.
Es malo que se caiga y se rompa un recipiente en el que ya has vertido algo. En este caso, existe la posibilidad de conflicto con familiares y amigos, especialmente si un representante del buen sexo dejó caer la taza.
Si un hombre no logra sostener una taza de té en sus manos, las consecuencias, según la creencia popular, no serán tan terribles. Pero todavía es posible que surjan problemas menores.