Existen muchas creencias y tradiciones asociadas con la elección de la dirección en la que se debe dormir.
Una de estas creencias dice que no se debe colocar la cabecera de la cama hacia el norte. Actualmente no existe evidencia científica de que dormir con la cabeza mirando al norte sea peligroso para la salud.
Sin embargo, la ciencia no puede explicarlo todo. Lo que los científicos modernos han comenzado a descubrir recientemente, la gente lo sabía hace miles de años. Algunos confían en que este conocimiento fue dado a la raza humana desde arriba, otros afirman que fue heredado de una civilización anterior.
Sea como fuere, un sabio indio tiene una explicación completamente lógica de por qué no se debe dormir con la cabeza hacia el norte.
Sadhguru, un sabio indio, místico e iluminado, aconseja no colocar la cabecera de la cama hacia el norte. Lo explica de forma bastante materialista. En su opinión, la razón de todo es el campo magnético terrestre.
El campo magnético de la Tierra es constante y está dirigido de norte a sur. Cuando una persona está en posición erguida, al corazón le resulta más difícil “entregar” sangre al cerebro, ya que tiene que vencer la gravedad.
Cuando el cuerpo adopta una posición horizontal, se facilita el flujo sanguíneo al cerebro. Y la sangre misma se ve más fuertemente afectada por el campo magnético de la Tierra.
Dado que la sangre contiene una cantidad suficiente de hierro, es "tirada" hacia el norte, es decir, hacia el cerebro, si se coloca la cabecera de la cama allí. Esto crea una cierta carga y aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Por tanto, es mejor que tus pies miren hacia el norte.
¿Tiene razón el sabio indio? Quizás no. Pero no te olvides del efecto psicológico. Si cree que no es seguro dormir con la cabeza mirando al norte, experimentará estrés y ansiedad, y esto seguramente tendrá un impacto negativo en su salud.
Si siente molestias al acostarse con la cabeza mirando al norte, es mejor cambiar la posición de la cama.
Pero es importante recordar que un sueño saludable depende no sólo de la dirección de la cabecera de la cama, sino también de muchos otros factores, como la temperatura agradable, la oscuridad, la ausencia de ruido, una cena ligera, etc.