Por qué la bondad de los seres queridos suele llegar a extraños: explica el psicólogo Stanislav Sambursky

24.04.2023 20:51

Una persona amable, ¿cómo es? Esta formulación se puede dar a alguien que sea acogedor, amigable y ayude a todos. Una persona amable se destaca del resto. Es entrañable y, por supuesto, muy diferente de aquellos que son enojados y groseros. Pero a menudo se trata de una máscara detrás de la cual se esconden muchas cosas desagradables.

En el mundo actual, la verdadera bondad incondicional es cada vez más rara. La gente ni siquiera se da cuenta de que su amigo o colega de trabajo que se posiciona como "el diente de león de Dios" en realidad es grosero con los miembros de su propia familia.

Una familia a la que le cuesta aceptar que los problemas de sus seres queridos no significan nada para él. Se descompone en cualquier momento del día para ayudar a otro, mientras las peticiones de su padre, su madre o sus hijos caen en oídos sordos.

En este sentido, el psicólogo clínico "Clínica del Doctor Anikina", autor del canal zen "Psicólogo ecológico", Stanislav Sambursky, quiere plantear la pregunta: "¿Por qué la bondad de los seres queridos a menudo llega a los extraños?"

El hombre está diseñado de tal manera que su bondad no puede extenderse al mundo entero. Es absolutamente normal que la familia sea una prioridad. Luego, lógicamente, vienen los amigos, los conocidos y, en último lugar, los africanos hambrientos.

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Sucede que se viola la jerarquía y hay varias razones para ello.

  1. Servicio. Detrás de la bondad dirigida a determinadas personas siempre hay un objetivo concreto: avanzar en la carrera, conseguir empleo, recibir un descuento, etc. Este fenómeno es ambiguo, ya que puede ser útil para todos los miembros de la familia.
  2. Aprobación social. Los elogios de los seres queridos son algo común, lo que significa poco cuando existe el deseo de ser bueno ante los ojos del público. Para esas personas, los elogios se convierten en un fin en sí mismos y, para recibirlos, es necesario ser "idealmente" amable.
  3. Discordia familiar en medio de sentimientos que se desvanecen. Cuando uno de los cónyuges deja de sentir pasión por la otra mitad, es difícil no notar un cambio brusco en su comportamiento. El cuidado, la ternura, la bondad desaparecen. Son reemplazados por la indiferencia, que se transmite a los niños.
  4. Errores educativos. Algunas familias viven según el principio "lo principal es no perder la cara". La familia, aparentemente impecable, se relaja en sus relaciones y entra en juego una fría naturalidad. Todo esto se “transmite por herencia”, ya que los niños no conocen otras formas de comportamiento.
  5. Falta de retorno emocional. En muchas familias donde hay problemas en las relaciones matrimoniales o entre padres e hijos, hay una falta de comprensión, apoyo y elogios mutuos. Esto empuja a la persona a buscar refuerzos en el exterior. La conciencia oportuna del problema ayudará a recuperar la confianza y el deseo de hacer el bien a otros miembros de la familia.
  6. Diferentes entendimientos del bien o cada uno tiene su propia medida. Por ejemplo, un marido cree que le basta con tirar la basura, mientras que su esposa está indignada por su indiferencia. Una conversación franca ayudará a evitar malentendidos.

Hablar, no guardar rencor, tratar de entenderse es mucho más eficaz que tolerar en silencio el comportamiento frío de los seres queridos. En los casos en los que no puedas resolverlo personalmente, siempre puedes recurrir a un psicólogo. Lo principal es el deseo mutuo de normalizar las relaciones.

Autor: administración Edición del portal de Internet.