Todo el mundo sabe que pasar cosas y hablar por el umbral es de mal augurio.
Pero pocas personas saben de dónde surgió esta creencia.
Esta creencia se remonta a la antigüedad, cuando existía la tradición de enterrar las cenizas de los antepasados bajo el umbral de una casa.
Esto se hizo para que el espíritu del difunto protegiera a sus familiares de problemas y desgracias.
Como tenían miedo de perturbar las almas de sus antepasados, estaba prohibido saludar, hablar, pasar cosas por el umbral, pararse o sentarse en el umbral, o salir de casa con el pie izquierdo.
Se creía que esto trae peleas, enfermedades y otros problemas a la casa.
También se creía que a la novia no se le permitía entrar ella misma a la casa; su marido la llevaba en brazos.
Con la llegada del cristianismo, la tradición de quemar a los muertos y enterrar sus cenizas bajo el umbral pasó a ser cosa del pasado, pero la creencia permaneció.