Por alguna razón, generalmente se acepta que los hombres son felices cuando recuperan su estatus de soltero, pero esto no es del todo cierto, o mejor dicho, no es del todo cierto.
Probablemente el motivo de esta opinión errónea radique en el hecho de que los jóvenes no muestran sus emociones, ocultando sus sentimientos. Debido a esto, es posible que incluso los familiares y amigos cercanos no tengan idea de lo que sucede en el alma de un hombre después de romper con su novia.
Sin embargo, el proceso tras una ruptura incluye 5 etapas, cada una de las cuales se caracteriza por sus propias experiencias.
Inmediatamente después del final de la relación, el hombre no puede ni quiere creer en la realidad de lo que está sucediendo, percibiendo la separación como un mal sueño.
En este momento, lo atormentan pensamientos sobre su ex compañero de vida, esperando que la relación cambie para mejor, pero, como comprenderá, la transformación deseada no ocurre.
Cuando un joven se da cuenta de que la ruptura es inevitable, se llena de ira, ira y desesperación; incluso puede enfurecerse si alguien menciona a su expareja.
En esta etapa, el representante del sexo más fuerte acepta la ruptura y comienza a analizar la situación, pensando si vale la pena intentar devolver el amor o si es hora de empezar a buscar una nueva dama en su corazón.
En estos momentos, el estado de ánimo de los jóvenes es cambiante y en ocasiones pueden volver a la segunda etapa.
Cuando un hombre se da cuenta de que el pasado no se puede recuperar y las nuevas relaciones no funcionan, aparece la melancolía, que es reemplazada por la apatía y luego la depresión.
Este período es peligroso porque un hombre puede volverse adicto a varios tipos de adicciones: alcohol, sustancias ilegales, etc.
En la etapa final, el joven, al darse cuenta de que la vida no ha terminado, poco a poco recupera el sentido. La melancolía da paso al alivio y los recuerdos de la relación terminada ya no están asociados con el dolor.