El principal peligro es que es imposible construir relaciones armoniosas con los sociópatas.
Son los peores socios, colegas poco fiables y malos amigos.
Sin embargo, los sociópatas saben “esconderse” con éxito, porque de lo contrario la gente los evitará.
Una buena persona común y corriente nunca lograría el éxito en el trabajo arruinando la carrera de un colega. Y para un sociópata no será difícil tenderle una trampa a otro empleado, ponerlo en una situación desfavorable o simplemente calumniarlo.
Si sabe que alguien que conoce está dispuesto a hacer cualquier cosa por una carrera, entonces esta es una señal de advertencia. Es muy posible que se trate de un sociópata.
Los expertos creen que estos sentimientos simplemente no son familiares para los verdaderos sociópatas. No pueden preocuparse por lo que han hecho porque confían en que hicieron lo correcto.
No sienten vergüenza porque en la mayoría de los casos confían en su propia irresistibilidad.
Los sociópatas creen que no cometen errores, por lo que intentan traspasar la responsabilidad a otra persona. También pueden comportarse de manera muy desafiante, ya que no respetan la sociedad ni las reglas establecidas.