Muchos padres tienen que lidiar con el problema del engaño de los niños; este comportamiento se observa especialmente en la adolescencia.
En este sentido, es importante saber cómo reaccionar correctamente si se encuentra en una situación similar. Las siguientes recomendaciones le ayudarán con esto.
Espere hasta que su hijo haya hablado y dígale que está listo para escucharlo nuevamente, pero al mismo tiempo indique lo que en su historia le parece cierto y lo que no es realista.
Para comprender exactamente qué sucedió y cuáles son las consecuencias del engaño, haga preguntas abiertas. Pero, por el contrario, hay que evitar las acusaciones y los interrogatorios.
Es importante que su hijo comprenda en qué situaciones las mentiras son aceptables y cuándo el engaño no es deseable.
Agradezca a su hijo por elegir decir la verdad.
Incluso si el engaño del niño continúa, aún debes guiarte por la presunción de inocencia: no lo acuses "por si acaso" o para "asustar", ya que el resultado de tal comportamiento de tu parte será el miedo del niño y desconfianza hacia ti.
Trate de conocer los hechos haciendo preguntas y sin recurrir a presiones.
Explíquele a su hijo que si se comunica con usted en una situación difícil, le brindará apoyo.
Su atención debe centrarse en cómo afrontar el problema, no en el castigo.
Por supuesto, es necesario discutir las consecuencias del engaño y también cómo se habrían desarrollado los acontecimientos si supiera la verdad de inmediato.
Piense en palabras específicas con las que su hijo pueda acudir a usted en un momento difícil y, cuando lo haga, demuéstrele que valora su confianza.
Algunos enfoques pueden empeorar la situación.
Para evitar empeorar las cosas, trate de no llevar a su adolescente a un callejón sin salida para obligarlo a admitir la verdad.
Una mala opción es avergonzarlo por el engaño, llamarlo “mentiroso” o interrumpirlo en mitad de una frase para declarar que todo lo que dice el niño es mentira.