Hay muchas frases que muchos padres consideran “educativas”.
Pero, en realidad, no todos estos comentarios ayudan a las mamás y a los papás a lograr el resultado deseado.
El efecto resulta ser el contrario: en lugar de darse cuenta de sus errores y empezar a portarse mejor, el niño o la niña empieza a irritarse y enfadarse.
¿No quieres arruinar tu relación con tu propio hijo?
¡Entonces deja de usar las cinco frases “educativas” que se enumeran a continuación!
Muchos padres obligan a sus hijos a actuar de una forma u otra, pero no justifican de ninguna manera sus exigencias.
“Haz lo que dijimos. ¿Por qué? ¡No deberías estar interesado en esto! Esta estrategia educativa sólo enoja al bebé y lo hace menos obediente. El niño comienza a actuar de manera diferente "por despecho".
¡No olvides la importancia de la argumentación!
Los niños se enojan si sus padres no aprecian sus esfuerzos.
¿Su hijo no logró ganar una competencia ni obtuvo una puntuación alta en su tarea? ¡No lo regañes ni lo critiques por esto!
Créame: su hijo se esforzó mucho. Y si empiezas a decir que “esto no es suficiente”, molestarás a tu hijo y harás que se dé por vencido.
Comparar a su hijo con otros niños es una técnica muy peligrosa.
Este comportamiento de los padres irrita a algunos niños y hace que otros se sientan inseguros de sí mismos.
Al niño no le gustará que los padres no respondan a tal o cual pregunta, argumentando que tal decisión se debe a la inexperiencia del niño.
Para algunos niños, tales afirmaciones causan irritación, para otros, un sentimiento de culpa.
Entiende: tomar ciertas acciones fue tu decisión. No culpes al niño.