Si se le prohíbe todo a un niño, esto puede afectar negativamente su desarrollo, dicen los psicólogos.
Te contamos qué pasará si le dices “no” a tu hijo con frecuencia y cómo reemplazar esta palabra.
Si establece demasiadas prohibiciones, su hijo puede desarrollar un interés poco saludable por las cosas prohibidas.
Además, las prohibiciones excesivas pueden provocar una reducción del interés cognitivo y la aparición de miedo al mundo exterior.
Por supuesto, por mucho que lo intentes, no podrás prescindir de la palabra “imposible”.
Sin embargo, todos los miembros de la familia que participan en el proceso educativo deben comprender que el “no” es una prohibición estricta.
Esta palabra debe usarse sólo si existe una amenaza para la salud y la vida del niño.
Si abusas de la palabra “no puedo”, simplemente perderá su significado.
Crear un ambiente seguro en casa ayudará a reducir el uso de esta palabra.
Si en casa no hay enchufes desprotegidos ni muebles con esquinas afiladas, habrá menos motivos para “no permitido”.
Para explicar las amenazas restantes, utilice palabras que expliquen cuál es el peligro: "daño", "caliente", etc.
Puede explicar las amenazas potenciales a los niños a través de un cuento de hadas o un juego.