Todos los problemas de un adulto tienen su raíz en la infancia. Los psicólogos así lo creen y no hay motivo para estar en desacuerdo con ellos.
Al estudiar este fenómeno, los expertos pudieron concluir que los padres suelen ser los culpables de los problemas de autoestima de los niños.
A continuación se presentan algunos errores típicos en la crianza de niños que simplemente los condenan en la edad adulta a dudas, desconfianza y desconfianza constantes.
La infancia debe ser segura, pero esto no significa que a un niño no se le deba permitir salir a la calle porque hay coches circulando por allí, o que no se le debe permitir patinar porque podría romperse la nariz.
En la adolescencia, es importante permitir que los niños experimenten todas las alegrías y decepciones del primer amor, dentro de límites razonables.
Es necesario poder elogiar al niño y se recomienda hacerlo sólo a propósito.
Es decir, al admirar irrazonablemente habilidades que no existen, los adultos corren el riesgo de criar a un niño con alta autoestima, seguro de sí mismo y considerándose especial.
Lo peor es que los niños pueden aprovecharse de la debilidad de los adultos.
En tales casos, pueden comenzar a mentir, hacer trampa y adaptarse para ganarse el estímulo.
El ejemplo personal se menciona constantemente en las recomendaciones sobre la crianza de los hijos.
Al hacer lo que le prohíben hacer a su hijo, los padres olvidan que él crecerá y será principalmente como ellos.