Todo padre sabe lo difícil que es mantener la calma cuando un niño se porta mal, es molesto o hace alguna estupidez.
En esos momentos, es fácil ceder a las emociones y decir algo ofensivo.
Pero no importa cuán fuerte sea la pelea, en su ardor no debemos olvidar que algunas frases en la comunicación con un niño son inaceptables: la herida infligida por las palabras puede ser muy profunda.
Según algunos padres, la vergüenza es un método eficaz de castigo, pero es difícil estar de acuerdo con esto. La vergüenza impide que los niños desarrollen nuevas habilidades y les impide aprender a tomar decisiones por sí mismos.
La vergüenza parece susurrar: “Eres estúpido, eres un inútil, eres lo peor”. Esto humilla al niño y no contribuye a la formación de un sentido de responsabilidad.
Nadie discute que los padres son personas como todos los demás y, a veces, simplemente no tienen la fuerza para seguir comunicándose con sus hijos.
Pero si dices esta frase, tus hijos empezarán a sentirse aislados y vuestra relación acabará empeorando.
El hecho es que el bienestar de un niño está directamente relacionado con sus padres, y si un adulto importante dice que se está alejando, el niño lo percibe como una señal de abandono, lo que es impactante y destruye la confianza, causándole un gran dolor.
Este pensamiento puede surgir como resultado de fuertes emociones negativas, pero es importante recordar que es temporal.
Intenta controlarte y no decir nada en voz alta. Si el niño piensa que no tiene nada que perder, incluido su cariño mutuo, las consecuencias no serán las más placenteras.