Los padres pueden tener sus propios secretos y misterios que los niños no deberían conocer.
No se trata de cuestiones como la continuidad de la raza humana o de quién trae los regalos bajo el árbol: papá o Papá Noel. Es todo mucho más serio.
En tales casos, los psicólogos identifican los siguientes secretos como los principales.
A veces los padres no lo piensan dos veces y solucionan los problemas delante de sus hijos, o incluso los involucran en estas disputas.
Esto se aplica a los desacuerdos y peleas importantes. La razón y las circunstancias son irrelevantes.
Un niño no necesita saber acerca de las dificultades cotidianas, los préstamos y las costosas reparaciones del apartamento, así como las decepciones que surgen como resultado de ello.
Debido a esto, los niños comienzan a acostumbrarse al trato duro desde muy temprano.
Aquí no hay absolutamente nada que hacer para los niños. Todo lo que concierne a la vida personal de los cónyuges, incluida la fidelidad conyugal, es un asunto puramente personal.
Si los padres tienen dificultades en sus relaciones con sus seres queridos, independientemente del grado de parentesco, los hijos no deben involucrarse en estos secretos.
Además, no se debería obligar a los niños a elegir el bando de alguien: su abuela, su tío o sus padres.
Hay que estar preparado para que, al cuestionar la autoridad de la generación anterior ante los ojos de un niño, los padres corran el riesgo de perder su propia autoridad ante los ojos de sus propios hijos.
Por la misma razón, no debes decir malas palabras delante de los niños cuando hablas de profesores en la escuela, amigos y conocidos.
En otras palabras, los padres deben ocultar todas sus opiniones y juicios negativos sobre cualquier persona a sus hijos si quieren criar niños amables y sociables.