¿Aún crees en el mito de las "dos horas seguras"? Es hora de estremecerse.
Según un estudio de JAMA Pediatrics (2023), incluso 1 hora al día frente a una pantalla reduce la calidad del sueño de los niños en un 30%.
"Los gadgets son el nuevo azúcar: parecen inofensivos hasta que ves las consecuencias", dijo a la BBC el doctor Dimitri Christaki , autor de Digital Orphans. Estudiamos 20 artículos científicos y encontramos una respuesta que cambiará tus ideas.
La OMS recomienda que los niños menores de 2 años no pasen tiempo frente a pantallas y que los niños en edad preescolar no pasen más de una hora.
Pero la realidad es que el adolescente promedio pasa 7 horas al día en las redes sociales (Common Sense Media, 2024). “Cuando le quité el teléfono a mi hijo durante una semana, me llamó fascista”, escribe en Facebook la madre de Maxim, de 14 años.
Pero hay buenas noticias: un experimento de la Universidad de Cambridge descubrió que las familias que introducen “vacaciones digitales” mejoran sus relaciones con sus hijos en un 40%.
El escritor Cal Newport , autor del best-seller Minimalismo digital, aconseja: “No prohíbas: crea una alternativa. Senderismo, juegos de mesa, cocina. Los niños se olvidan de TikTok cuando la vida es más interesante que el feed".
El dato más impactante: según la Facultad de Medicina de Stanford, los adolescentes que pasan más de tres horas al día conectados tienen el doble de probabilidades de sentirse solos.
“Pensé que tenía muchos amigos en línea. Hasta que borré Instagram y me di cuenta de que en realidad no tenía a nadie a quien llamar”, admitió Vika, de 16 años, en el podcast “Teenagers on Call”.
Desintoxicación tecnológica. La aplicación Screen Time (recomendada por la Academia Estadounidense de Pediatría) le ayuda a reducir gradualmente el tiempo que pasa frente a la pantalla.
“Pusimos un límite de 2 horas. Al principio hubo un escándalo, pero después de un mes mi hijo empezó a leer libros por sí solo”, comparte el padre de Nikita, de 13 años.
Pero es importante entenderlo: no todas las pantallas son igualmente dañinas. Un estudio del Oxford Internet Institute (2024) dividió los contenidos en “pasivos” (redes sociales, vídeos) y “activos” (aplicaciones educativas, programación). Este último, en dosis moderadas, es incluso beneficioso.
“Mi hija está aprendiendo inglés con Duolingo: en un año mejoró sus conocimientos del idioma de una C a una A”, dice la madre de Sofía, de 12 años.
La regla principal: no usar ningún dispositivo dos horas antes de acostarse.
La luz de las pantallas suprime la producción de melatonina, lo que conduce a la fatiga crónica.
La respuesta a la pregunta “¿cuánto es posible?” es sencilla: menos de lo que piensas. De lo contrario, su hijo será criado por un algoritmo, no por usted.