Si notas que tu hijo se muerde las uñas, no le avergüences, te burles, le grites ni le castigues de cualquier otra forma.
Tal comportamiento por parte de un adulto solo causará estrés adicional en el niño. Como resultado, surgirán sentimientos de impotencia, ansiedad y desesperanza, y la autoestima caerá rápidamente.
En su lugar, pruebe lo que los expertos llaman refuerzo positivo.
Intente abandonar un mal hábito y dedicarlo a un juego emocionante, al final del cual el niño recibirá un premio.
El primer paso es explicarle a tu hijo o hija por qué vale la pena esforzarse al máximo para dejar de morderse las uñas y prometerle que le ayudarás a afrontarlo.
Es hora de hablar de las reglas. Infórmele a su hijo que debe permanecer sin un mal hábito durante un determinado número de días, transcurridos los cuales recibirá un premio.
Cada día exitoso se puede celebrar repartiendo pegatinas de colores, pegatinas o marcándolo en el calendario.
Crea varios niveles de dificultad: tres días, una semana, dos semanas y un mes. Al final de cada período, el bebé debe esperar una recompensa.
Los premios pueden incluir golosinas, juguetes o entradas a un evento como un circo, un centro de trampolines o un parque de diversiones.
Si su hijo pierde los estribos, deshágase de la idea de regañarlo o avergonzarlo. Debes consolar al bebé y apoyar su deseo de aguantar el tiempo necesario la próxima vez.
La onicofagia es un trastorno mental caracterizado por morderse las uñas compulsivamente.