Gracias a la capacidad de navegar en el tiempo, un niño puede estructurar su día, comprender la secuencia de los acontecimientos y desarrollar sus habilidades de planificación.
Por este motivo, tarde o temprano los padres se enfrentan a la necesidad de explicar a sus hijos el concepto de tiempo, lo que en ocasiones se convierte en un auténtico reto para los adultos.
A continuación encontrará consejos que harán factible esta tarea para usted.
El primer paso debería ser simplemente explicar el tiempo.
Los conceptos de día y noche son más fáciles de entender para los niños pequeños. Inicie la conversación con la rutina habitual de su hijo: durante el desayuno, diga: “Es de mañana, ha salido el sol. Esto significa que comienza un nuevo día."
Luego explique que a la mañana le sigue el día, luego la tarde; en este momento el sol se cansa y comienza a prepararse para dormir, y luego la noche, en este momento el sol duerme.
Al hablar, utilice sólo palabras sencillas e imágenes claras. Para ayudar a su hijo a recordar estos términos, repítalos con frecuencia.
Los conceptos de mañana, tarde, tarde y noche deben asociarse con acontecimientos cotidianos que ocurren en la vida de un niño.
La mañana se puede asociar con el momento de despertarse y desayunar, el día con la visita al jardín de infancia y otras actividades, la noche con el regreso a casa y la cena, la noche con el sueño.
Este enfoque ayudará al niño a darse cuenta de que el día se divide en cuatro períodos principales.