Una persona independiente comprende lo que quiere conseguir de la vida. Es capaz de tomar una decisión informada y está dispuesto a asumir la responsabilidad de la decisión tomada.
La voluntad y la capacidad de autocontrol comienzan a formarse en la infancia.
Pero no puedes hacerlo sin la ayuda de tus padres. Los adultos deben comprender que deben dejar ir poco a poco a su hijo, aceptar su crecimiento y no protegerlo por completo de posibles errores, para que el niño pueda aprender una lección de ellos.
Si está interesado en técnicas específicas que ayudarían a su hijo a ser más independiente, tome nota de los métodos de este artículo.
Ya a la edad de 2-3 años, un niño puede vestirse y calzarse de forma independiente, además de ordenar sus juguetes y lavarse las manos.
Con la edad, la cantidad de responsabilidades solo crece: enseñar a un niño de 4 a 5 años a atar los cordones de los zapatos, limpiar la mesa, regar las flores y alimentar a las mascotas, y dejar que esta sea ahora su única responsabilidad.
Entre los 6 y los 8 años, un niño debe hacer la mochila para ir a la escuela, lavarse y mantener la higiene.
Cuando tu hijo te haga una pregunta, no te apresures a darle una respuesta: en cambio, dale la oportunidad de pensar por sí mismo.
Preguntas como "¿Qué harías?", "¿Qué opciones tienes?", "¿Qué respuesta te conviene más?"
A medida que su hijo crezca, hágale más preguntas, aumentando su dificultad.
Como resultado, la “generación más joven” comprenderá que pueden tomar cualquier decisión por sí solos.
Pongamos un ejemplo: cuando un niño prepara el desayuno por primera vez, el plato puede resultar insípido o incluso incomible.
Pero esta será su propia experiencia: analicen juntos sus errores.
De lo contrario, el niño siempre contará con su ayuda y culpará a otros por sus errores en el futuro.