Todos los padres, tarde o temprano, tienen que enfrentarse a una situación en la que un niño comienza a portarse mal y se niega a obedecer.
En esos momentos, es importante mantener la calma y poder reaccionar correctamente.
La forma más segura de resolver la situación es hablar con su hijo.
Incluso si el bebé está histérico en este momento, tómalo en tus brazos y llévalo a un lugar seguro, nombra sus emociones, convéncelo de que entiendes su enojo, resentimiento u otro sentimiento negativo y espera hasta que estas emociones salgan de él. .
¿Cómo controlarte a ti mismo? Recuerde que la rabieta de un niño no está relacionada con los malos modales del niño ni con el hecho de que usted sea un mal padre.
Razones internas llevaron a esta condición: es probable que el bebé esté cansado, tenga sobrecarga sensorial, haya demasiada gente cerca, etc.
En todos estos casos, la histeria es una característica fisiológica y psicológica relacionada con la edad.
Debes olvidarte de los castigos, así como de las conversaciones moralizantes en tales situaciones: destruyen la confianza del niño y empeoran tu relación con él.
En cambio, comuníquese con él de manera respetuosa y respetuosa. Hágale saber que él importa y que su opinión tiene valor.
Entonces el pequeño ganará confianza en sí mismo, aprenderá a valorarse a sí mismo y se convertirá en una personalidad sana, sobre la que será difícil influir negativamente en el futuro.