Si el bebé está completamente sano, pero llora sin cesar, esto puede deberse a varios motivos.
El bebé puede tener hambre o sed, puede sentirse incómodo con el pañal mojado o puede sentir molestias debido a la ropa. Las lágrimas pueden ser provocadas por el calor o, por el contrario, por el frío, los cólicos, los gases o el estreñimiento, la dermatitis del pañal, el cansancio, las ganas de dormir, etc.
Pero también sucede que con el bebé todo está absolutamente bien y nada de lo anterior le molesta. Sin embargo. Un llanto inconsolable se escucha desde la cuna del bebé.
En tal situación, intente utilizar los consejos del pediatra Harvey Karp, quien desarrolló un método basado en los reflejos incondicionados del niño.
Su esencia radica en el hecho de que el mejor consuelo para un niño son condiciones similares a aquellas en las que se encontraba en el útero.
Envuelve a tu bebé con sus brazos, creando la ilusión de estar en el vientre de su madre.
Coloque a su bebé de costado sobre su brazo para encontrar una posición que lo ayude a calmarse.
Utilice ruido blanco que imite el sonido de los latidos del corazón de mamá o el sonido de los electrodomésticos. No hay ningún dispositivo especial: el sonido de los electrodomésticos o el agua que sale del grifo servirán.
Coloque al bebé en sus brazos y comience a mecerlo rítmicamente; esto ayudará a recrear la sensación que experimenta el bebé en el vientre de su madre.
Intente ofrecerle el pecho a su bebé si está amamantado: esta es una de las formas más eficaces de calmar a un recién nacido.
Simplemente prueba una o dos técnicas y verás que el llanto disminuirá.