Vale la pena empezar a enseñarle a su hijo a navegar en el espacio desde una edad muy temprana, para que cuando sea escolar no confunda los conceptos de “derecha” e “izquierda”.
Vale la pena hablar de todo con los más pequeños, excluyendo los balbuceos y llamando las cosas por su nombre.
Por ejemplo, cuando pase tiempo en una de las habitaciones, dirija la atención de su hijo hacia las esquinas: qué hay en la esquina derecha y qué juguete se arrojó en la esquina izquierda.
Al vestir a su hijo, preste atención al hecho de que le coloca el zapato en el pie izquierdo y luego en el derecho. Haz lo mismo con calcetines, manoplas, pantalones y suéteres.
Esto puede parecer insignificante, pero en realidad es un entrenamiento sistemático el que desarrolla la memoria asociativa del niño.
Cuando acaricie a su bebé y le enseñe partes del cuerpo, señale inmediatamente dónde está la oreja izquierda y dónde está la derecha, dónde está el ojo izquierdo y dónde está el derecho.
Después de esto, podrás consolidar los conocimientos adquiridos en juegos.
El líder (mamá o papá) da órdenes: levanta la mano derecha, salta sobre la pierna izquierda, levanta la mano izquierda, pisa fuerte con el pie derecho. Al final, cambia de lugar con tu bebé; será aún más interesante.
Usando dos colores, invite a su hijo a hacer impresiones de, digamos, su palma izquierda con pintura roja y su mano derecha con pintura verde.
Luego puedes dibujar alternativamente con la mano izquierda y derecha, y luego con ambas manos al mismo tiempo.
No solo debes mostrar tu mano con un objeto escondido en ella, sino también nombrarlo. Al principio, al bebé le resultará difícil lidiar con el reflejo del espejo, pero debe decir inmediatamente el lado correcto para que el bebé entienda dónde están la izquierda y la derecha para él y dónde está usted.