Los padres deben responder al mal comportamiento de los niños.
Si mamá y papá ignoran las malas acciones del niño, éste desarrollará un sentimiento de impunidad. Es posible que en tal situación el bebé se vuelva completamente incontrolable.
Sin embargo, es necesario abandonar los castigos graves.
El niño debe ser castigado de tal forma que no se ofenda ni tenga miedo, pero al mismo tiempo comprenda su error.
Hay un método muy interesante. Se llama "rincón de tranquilidad". Los padres de niños pequeños deben prestar atención a este enfoque.
Para hablar de las características de este enfoque, primero debemos recordar un castigo tan clásico como "arrinconar".
Esta técnica tiene una gran ventaja: el niño se distrae de realizar la acción incorrecta. Comienza un “tiempo muerto”, durante el cual el niño se calma en silencio.
Pero también hay un inconveniente: el niño que está en un rincón se queda solo y sin el apoyo moral de mamá y papá. El bebé se siente abandonado y humillado.
En la técnica del “rincón de la calma” se elimina este inconveniente.
La cuestión es la siguiente: no se arrincona al niño, sino que se lo envía a una habitación tranquila. En este caso, el padre permanece con el bebé.
Como resultado, el niño se calma y analiza en silencio su comportamiento. El bebé no se siente solo porque mamá o papá están cerca.