Muchos padres están acostumbrados a utilizar el método como uno de los elementos de intimidación para que los niños recuerden el castigo durante mucho tiempo.
Sin embargo, este método tiene un efecto pedagógico cuestionable.
Es poco probable que pueda transmitir el significado de su decisión, pero tendrá un impacto muy poderoso en la psique del niño.
Los expertos señalan que incluso los adultos reaccionan mal a las críticas públicas. Si alguna vez te han “levantado” en una reunión para reprenderte, recuerdas muy bien tus sentimientos. Sin embargo, los adultos han desarrollado mecanismos de defensa psicológica. Por lo tanto, tal "azote" será doloroso, pero no tendrá un efecto duradero en una persona.
Con los niños todo es diferente.
Un niño que ha sido regañado delante de extraños comienza a sentir vergüenza. No entenderá exactamente por qué lo regañaste, pero recordará una cosa perfectamente: fueron sus padres quienes lo sometieron a tal experiencia.
Por tanto, los niños pueden empezar a tener problemas de autoestima. Además, esta situación puede tener un impacto negativo en la calidad de las relaciones familiares.