Muy a menudo, parientes, amigos e incluso colegas compasivos, al enterarse de la nueva incorporación a la familia de un ser querido, se apresuran a felicitarlo por este importante evento y complacer al bebé con regalos.
Como regla general, las "ofrendas" son ropa y una variedad de juguetes. A menudo no estamos hablando de cosas nuevas, sino de aquellas que permanecieron en la familia después de que el niño creció y se volvieron innecesarias.
Pero algunos de estos regalos (estamos hablando de juguetes, en particular) pueden dañar al bebé. Es mejor rechazarlos, y si no quieres ofender al donante, agradecerle y tirar los juguetes, dejándolo sin “testigos”.
La principal amenaza de estos juguetes es la penetración de agua en su interior.
Es casi imposible picar completamente el líquido, como resultado de lo cual comienzan a desarrollarse colonias de hongos y patógenos en un ambiente cálido y húmedo.
La razón principal radica en la acumulación de polvo y, por tanto, de ácaros.
Además, no te olvides de la dificultad de limpieza y los problemas de secado, que también pueden provocar la formación de moho.