Inesperadamente, sus mejores cualidades infantiles, a saber, la pereza, la terquedad y la astucia, pueden resultar inesperadamente útiles para una persona.
No es que esto deba permitirse o incluso desarrollarse; más bien, debería tenerse en cuenta y sacar conclusiones para el futuro.
Así aparecen los primeros signos de perseverancia, lo que los adultos llaman “core” o carácter.
Esto significa que una persona siempre puede decir que no si algo no le conviene. Así que definitivamente no tiene sentido suprimir este rasgo.
Por lo general, las personas astutas no agradan especialmente, pero mira esta cualidad desde el otro lado.
Aquí tienes una persona ingeniosa que puede encontrar una solución a cualquier problema.
Es posible que el niño se convierta en un empresario o gerente en el futuro.
Se suele decir que la pereza es el motor del progreso. La pereza también te permite ahorrar energía y no hacer cosas que no son interesantes y no corresponden a intereses personales.
Estos niños crecen más cautelosos y no se involucran en aventuras y otras propuestas dudosas.