Si quiere que su hijo sea feliz, activo y desarrollado, debe trabajar con él, incluso en la calle.
Una selección de juegos callejeros que requieren una mínima actividad de tu parte te ayudarán con esto.
Para jugar necesitarás cualquier recipiente, por ejemplo un recipiente de plástico. Explíquele a su hijo que frente a él hay un cofre que debe llenarse con varios tesoros: pueden ser hermosos guijarros, ramitas y hojas. El bebé caminará por el patio de recreo, recogerá tesoros y se los traerá para que los evalúe. Cuando el cofre esté lleno, podrás irte a casa.
El juego no acaba ahí: en casa, dale al pequeño un poco de plastilina y ofrécele hacer una manualidad con los tesoros que hayas encontrado.
Pídale a su hijo que recoja materiales de arte o que lo hagan juntos. Incluso puedes recoger algunas hierbas, y eso será suficiente. La tarea del bebé es crear una composición a partir de los materiales recolectados, y debes adivinar qué tenía en mente el pequeño "creador".
A muchos niños les encanta este juego y, por cierto, no es necesario utilizar dinero real para ello. Recuerda tu infancia cuando se usaban hojas en lugar de monedas. Lleve algunos juguetes afuera y, una vez en el patio de recreo, ofrézcale a su hijo que los compre para un determinado tipo de hoja.
Un niño puede hacer su propio "escaparate", vendiendo, por ejemplo, flores. Cómpralos con la “moneda” que te trajo el bebé.
Lleve a caminar un pequeño objeto brillante; sea, por ejemplo, un cubo. El niño se da vuelta, escondes el objeto y luego le dices las palabras "frío", "más cálido", "aún más cálido", "caliente", dependiendo de qué tan cerca estuvo del objeto escondido.
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