La sobreprotección de los padres es perjudicial y definitivamente se hará sentir en el futuro. Los niños que han pasado por esto en el futuro se vuelven débiles de voluntad, dependientes y, a menudo, caen bajo la influencia de otros.
Por lo tanto, vale la pena pensar en qué deberían poder hacer exactamente los niños por sí mismos. Averigüemos usando a los adolescentes como ejemplo.
Puedes dejarnos en coche si está en camino. Pero si un niño desea ir solo, entonces no hay necesidad de interferir, ni siquiera con gran amor.
Lo mismo ocurre con las secciones, actividades extraescolares, etc.
Un adolescente debe conocer el horario escolar y poder planificar su tiempo libre de tal forma que no tenga problemas con sus estudios.
Pero un poco de supervisión de los padres no viene mal.
No hay necesidad de forzar al niño a elegir sus intereses, música, pasatiempos y otras actividades, y mucho menos la elección de una futura profesión.
En primer lugar, se trata de oportunidades no aprovechadas que los padres intentan “impulsar” a sus hijos.
Un adolescente debe comprender que sus decisiones y acciones tienen consecuencias de las que él, y no los adultos, debe ser responsable. En este camino, los padres sólo pueden presionar para tomar las decisiones correctas, pero no tomar decisiones por el niño.
A pesar de que a esta edad los niños no tienen mucha experiencia y conocimientos para tomar siempre las decisiones correctas, deben ser capaces de defender su punto de vista.
No se puede impedir que un adolescente desarrolle esta cualidad.
Y por supuesto, en este camino el niño debe tener derecho a cometer errores y la oportunidad de corregirlos.
Anteriormente te contamos cómo elegir lápices de colores para tu hijo.