Cada día el niño se desarrolla más y más. Comienza a explorar el mundo, a interesarse por cosas diferentes y a probar algo nuevo cada día.
Y luego llega el momento en que un niño pequeño, constantemente acostado en una cuna, aprende a caminar.
Cuanto mayor es el niño, más restricciones se le imponen.
Es durante este período que los padres surgen una pregunta: ¿cómo protegerlo del peligro y enseñarle a comprender sus prohibiciones sin violar la confianza y el contacto?
Los padres a menudo se quejan de que sus hijos no entienden las prohibiciones y la palabra "no", lo que a su vez da lugar a peleas entre el niño y los padres.
Para evitar esto, los psicólogos recomiendan encarecidamente seguir ciertas reglas de educación.
• No debería haber muchas prohibiciones. Las principales cosas que no se deben hacer se relacionan exclusivamente con la salud y la seguridad del niño.
• Las prohibiciones deben estar justificadas. El padre debe transmitir al niño las consecuencias de sus actos, que están prohibidos.
A menudo, una conversación con un niño no produce ningún resultado porque el niño no comprende completamente su significado. Vale la pena convertir esta prohibición en un juego que quedará grabado en el subconsciente del niño.
• Si hay una prohibición, es permanente. Las palabras “no” y “no puedes” deberían funcionar independientemente del estado de ánimo del niño o de los padres.
Si hoy le prohibiste algo a tu hijo y mañana permitiste con alegría la misma acción, en el futuro el niño no aceptará tus prohibiciones.
• La prohibición debe ser uniforme. Si mamá ha establecido una prohibición y papá la viola, entonces no se debe esperar que el niño siga las restricciones.
• La violación de la prohibición debe estar sujeta a una sanción razonable. Por supuesto, no se debe esperar que el niño deje de realizar acciones prohibidas inmediatamente, pero si la prohibición no se toma en serio, entonces es necesario proponer un castigo.
Bajo ninguna circunstancia se debe utilizar la fuerza física como castigo.
Los gritos y los escándalos suelen ser también una pérdida de tiempo y de nervios, que no conducirán al resultado deseado, sino que sólo socavarán la confianza del niño y su contacto.
El castigo debe corresponder al delito. Por ignorar solicitudes y dañar deliberadamente juguetes, los castigos deben ser diferentes, ya que el grado de mala conducta es diferente.
El castigo debe ser por un delito específico y no por rasgos de carácter. En el caso de un desorden, el castigo debe seguir por ignorar las solicitudes de limpieza, sin gritar "estás sucio".
El castigo debe seguir inmediatamente después del acto. Si un niño tropieza por la mañana y recibe castigo por la noche, no entenderá por qué.
Lo prometido debe cumplirse. Si le advirtió a su hijo que se le impondría un castigo por determinadas acciones, entonces, al realizar estas acciones, deberá llevarlas a cabo.
Anteriormente te contamos cómo evitar criara un niño para que sea un quejica.