Hace apenas unos 30 o 40 años, los padres practicaban universalmente el método de aprendizaje temprano para ir al baño.
Cómo funcionaba: después de alimentar al niño, lo mantenían sobre el orinal hasta que ocurría el acto de defecar (estaba prohibido sentar al bebé antes de que aprendiera a sentarse solo).
Este enfoque tiene actualmente muchos menos partidarios, y con razón.
1. Debido a que el sistema nervioso del niño a esta edad aún está poco desarrollado, el proceso de aprendizaje es lento e ineficaz.
2. El aprendizaje temprano para ir al baño puede causar estreñimiento, incontinencia urinaria o fecal y reacciones neuróticas.
3. Incluso si la formación fue exitosa, la habilidad adquirida puede desaparecer fácilmente cuando surgen situaciones estresantes.
Los pediatras modernos recomiendan desarrollar en los niños no solo un hábito, sino una habilidad consciente que se forma no antes de los 18 meses.
A esta edad, enseñarle a un niño a ir al baño le llevará de 6 a 12 meses. Así, a la edad de 24-30 meses, el bebé podrá controlar conscientemente sus necesidades.
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