El golpe de calor puede describirse como una alteración en la transferencia de calor debido a una exposición prolongada a altas temperaturas ambientales.
Por ejemplo, un niño puede sufrir un golpe de calor si se lo deja durante mucho tiempo en un coche sin aire acondicionado, en una habitación calurosa o al sol.
Si nota que la temperatura corporal de su bebé ha aumentado, siente náuseas o vómitos, se siente mareado o débil, todo esto es motivo para tener cuidado.
Además de lo anterior, los signos de insolación incluyen pérdida del conocimiento, convulsiones, taquicardia y respiración superficial.
En casos graves, los niños experimentan un paro respiratorio y circulatorio.
Lo primero que debes hacer es trasladar al bebé a un lugar fresco.
Si su bebé lleva pañal, quíteselo. También se debe quitar la ropa, si es posible, o al menos desabrocharla.
A un niño consciente se le debe dar de beber agua fría.
Si el bebé está inconsciente, llame inmediatamente a una ambulancia y mantenga bajo control la respiración y los latidos del corazón del pequeño hasta que llegue la ayuda.
Anteriormente hablamos sobre cómo ayudar a un niño a ser más amable.